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Artículos > BUSAGANISHI Y EL KARATE EL DIOS DEL NAHA TE (07/03/2010)

Por Salvador Herraiz, Naha, 2007 BUSAGANISHI Y EL KARATE EL DIOS DEL NAHA TE

En el dojo de Morio Higaonna, junto a los únicos retratos que cuelgan de las paredes,
los de los Maestros Kanryo Higaonna y Chojun Miyagi (ni siquiera tiene expuesto a su mentor principal, Anichi Miyagi), se puede ver también la escultura de la deidad Busaganishi presidiendo la parte principal del dojo.

Busaganishi o Busaganashi como también pueden leerse sus caracteres, proviene de
China. Se dice que una mujer soltera dio a luz a un bebé varón al que abandonó en un bosque de bambú por no poder mantenerlo y cuidarlo. Cuando días después le remordió la conciencia, la mujer y su familia regresaron a buscar al bebé. Sorprendentemente vieron como el propio bosque había cuidado del niño, las plantas habían crecido a su alrededor para darle cobijo y los animales habían cuidado de su manutención. La familia cogió al niño y se lo llevó a casa.

Cuando creció, y siendo un adolescente, el niño participó en unas pruebas para optar a
castas más elevadas y sus buenos resultados le dieron la oportunidad de ingresar en el Ejército, donde practicó y perfeccionó sus artes marciales. A la edad de 20 años, un terrible incendió azotó una altísima torre a la que los bomberos no tenían acceso con sus medios. El muchacho consiguió apagar el incendió con sus potentes y dinámicas exhalaciones fruto de su entrenamiento de respiración. Ese heroico acto le dio notoriedad y fue conocido a partir de entonces como Busaganishi, cuya traducción sería “el heroico y respetado guerrero de las artes marciales” convirtiéndose en símbolo de estas.

Como su retrato fue colocado en todas partes, incluyendo por supuesto las escuelas de lucha, Chojun Miyagi, en uno de sus viajes a China escuchó la historia, ¿leyenda?, y adquirió uno de esos retratos. Realidad o leyenda, lo cierto es que Busaganishi se convirtió en la deidad de las artes marciales, y especialmente en el Naha Te.

Más tarde, durante la II Guerra Mundial, muchas de las posesiones y recuerdos de Miyagi
Sensei fueron destruidos o perdidos, lo que le entristeció de gran manera. Uno de sus estudiantes, Keiyo Madambashi, que tenía un esquema del retrato de Busaganishi a través de las descripciones que se hacen en el libro Bubishi, encargó en Filipinas una estatuilla de la figura en madera de las islas. Keiyo Madambashi reveló a Morio Higaonna que… “Con la cara de Chojun Miyagi como modelo, preparé un boceto de Busaganashi que llevé a Filipinas, donde busqué un artesano profesional que lo hiciera en madera. Fue durante la guerra y me costó 300 yen” (unos dos euros).

Parece ser que el detalle de la estatua conmovió de gran manera a Chojun Miyagi que incluso rompió a llorar emocionado. La estatua la conservó cuidadosamente Chojun Miyagi en su casa, casa en la que un servidor a tenido la fortuna de estar atendido recientemente por la nuera de Chojun Miyagi, Naoko, esposa de Ken, el cuarto hijo del Maestro. El matrimonio vive en la famosa casa del dojo del jardín de Chojun Miyagi. Los días 1 y 15 de cada mes Chojun Miyagi los dedicaba a Busaganashi. A veces meditaba ante la estatua durante 24 horas seguidas.

Cuando Miyagi murió, en 1953, sus alumnos construyeron el Jundokan dojo, a apenas cinco minutos andando de la casa dojo de Miyagi. La estatua fue donada por la familia de Chojun Miyagi e instalada en el altar del nuevo y gran dojo, al cuidado luego del Maestro Eichi Miyazato. Afortunadamente para mí, y aunque Miyazato Sensei murió en 1999, su esposa tuvo la gentileza de mostrarme el Jundokan y permitirme disfrutar no solo de la presencia del famoso busto metálico de Miyagi, sino de sus nigiri game de entrenamiento, sus makiwaras que tanto Miyazato Sensei golpeó, … y por supuesto la estatua de Busaganishi, que ocupa su destacado lugar allí.


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