OBJETIVOS DEL KARATE INFANTIL
Entendemos que como todo proceso de aprendizaje, el karate infantil debe tener una línea de continuidad en cuanto a los objetivos. Es decir, lo que el Instructor busca que logren sus alumnos menores: formación física básica (formación motora mas formación corporal) disciplina, integración social y afianzamiento de su propia personalidad (aún en desarrollo). Todo ello, sin tener en cuenta el arte marcial de que se trata.
Debemos comprender que los niños han de ser el objetivo de todas las artes marciales. Esto es, la preparación del niño para enfrentar la adolescencia, la juventud y la adultez, con una mejor formación psicofísica.
Por ello tomaremos como marco de referencia nuestro Karate Do, que es la disciplina que desempeñamos.
En primer lugar diremos que todos los niños a partir de los cuatro años de edad pueden iniciarse en esta disciplina, excepto aquellos que estan imposibilitados para caminar o tengan una expresa prohibición médica que les impida realizar una actividad física. Si bien los casos más comunes que se prestan son aquellos que se relacionan con problemas de conducta, también se dan el caso de problemas físicos, por ejemplo, los de posturas, los visuales, etc.
Por lo general ante éstos problemas los padres optan por cortarle a su hijo la posibilidad de encarar una práctica deportiva, pregunta ¿qué sucede con el Karate Do?, ¿ encierra un mensaje de violencia?, ¿por qué no acercarse?, ¿es peligroso?. No tanto más que el fútbol o cualquier otro deporte de conjunto, pues toda práctica deportiva tiene riesgos implícitos que dependen directamente de la responsabilidad con que se enseñe.
¿Cómo tratar a una criatura con algunas de las dificultades antes mencionadas?. En principio no debemos hacer o establecer diferencias definidas (aunque el instructor ha de tener plena conciencia de la capacidad individual de sus alumnos) como colocarlos en lugares determinados, porque todos deben formar un solo grupo compacto y unido. Diferenciados pura y exclusivamente por su propia personalidad. Al realizar esto, hacemos que todos se sientan iguales y los que padezcan algún inconveniente no se vean aislados o distintos. No se les debe exigir menos que a los demás sino en la medida que ellos lo puedan hacer.
La disciplina es uno de los aspectos más importantes del karate do, porque sin ella no hay objetivo que pueda complementarse como corresponde, dado que ésta hace que el instructor imparta su clase en orden, que todos comprendan sus enseñanzas, que el grupo sea una unidad y que exista el respeto mutuo y la observación de todas las reglas de comportamiento. Pero como toda estructura rígida tiende a quebrarse, aquí debemos saber que no todo es una solemne seriedad, pues la clase debe ser amena y ágil. Vale decir que la misma contará con una primera parte dedicada al desarrollo físico (en los niños formación física, y en el joven y adulto, preparación física) acentuando en el infante el trabajo sobre sus condiciones natas a esa edad, y una segunda parte orientada a la faz técnica especificada, pero con una diferencia de base, esto es: la forma de lograr objetivos similares por caminos distintos ya que no es natural que agobiemos al niño con repeticiones de ejercicios impropios a su edad. En cambio los mismos se reemplazaran por ejercicios y formas jugadas.
En cuanto a las técnicas de Karate propiamente dichas, lo primero a lograr es que el niño memorice las básicas, piernas y brazos, y recién luego buscar coordinación entre ambas. Aún en ese momento no buscar el detalle del movimiento porque lograríamos que el niño se tensione en su afán de mejorar y pierda soltura, naturalidad y plasticidad.-
Cuando el niño llega por primera vez a practicar un arte marcial, lo hace por tres motivos básicos: por impulso propio, por iniciativa de sus padres o por prescripción médica. En todos los casos, de continuar practicando, podremos observar algunos cambios derivados de la integración al grupo y las nuevas experiencias. Si bien en algunos casos las primeras experiencias y/o relaciones pueden ser de tendencias agresivas, podemos aseverar que ello es debido a la gran motivación que recibe y al inmenso caudal de energía que poseen los chicos.
Esta tendencia agresiva, debemos interpretarla y considerarla correctamente tanto los padres como los instructores, porque no es la solución negarles la concurrencia al Dojo, sino que hay que estimularlo mediante charlas, en las cuales el instructor juega un papel muy importante.
En niños de cuatro a seis años hay que olvidarse de algunos preceptos tradicionales, pues el niño quiere jugar y el instructor ofrecerá esos juegos con el solo agregado de tener relación y orientación a las técnicas de karate. Desde los seis años hacia arriba el chico se adapta y asimila con mucha facilidad, por lo que el aprendizaje no ofrece controversia alguna o dificultad. Si se tiene en claro los conceptos necesarios, todo depende de la continuidad, constancia, apoyo de los padres y dedicación del instructor.
El aprendizaje del niño depende de : EDAD, DEDICACIÓN DEL INSTRUCTOR, CONSTANCIA Y APOYO DE LOS PADRES, CONTINUIDAD.-
Por lo tanto, quien se dedique a la docencia en el Karate Infantil, ha de estar preparado, ya que conocer los ciclos evolutivos del pequeño y los principales conceptos pedagógicos harán que los niños sean niños y no enanitos con los cuales uno pueda lucirse.
Debido a ello debemos lograr que se instrumenten los medios para la capacitación profesional de quien se dedique a la enseñanza de los niños.
En síntesis, el Karate-Do le brindará al niño:
· Un eficaz sistema de defensa personal
· Coordinación psicomotriz
· Destreza, reflejos y capacidad de reacción
· Descarga energética
· Desinhibición
· Disciplina
· Concentración
· Desarrollo intuitivo
· Dominio de sí mismo
· Voluntad y fe inquebrantables
· Humildad y tolerancia
· Responsabilidad
· Recreatividad
· Sentido de camaradería, respeto hacia sus compañeros y profesores, por extensión, hacia su familia y hacia la sociedad.
Finalmente se concluye el presente, mencionando un dicho que reza: tres grandes médicos son:” LA NATURALEZA, EL TIEMPO Y LA PACIENCIA”, y dentro del karate a nivel infantil debemos dedicar el tiempo disponible con la mayor paciencia, para que el niño logre progresar naturalmente, porque ahí se demostrará tal como es y no como queremos que sea, dejando al descubierto su propia y exclusiva personalidad.-
Como reza el Dojo Kun: "Trasladar las enseñanzas del Dojo a la sociedad" implica que si los preceptos de la práctica diaria, si los conceptos técnicos en su conjunto, si la filosofía de vida que se les intenta trasmitir a los practicantes es la correcta, está en perfecta armonía con todo lo que nos rodea, por consiguiente si se dice que los niños son el futuro, el Karate no escapa a ello, por lo que resalto lo que en un momento me manifestó un Instructor amigo:" los niños y jóvenes practicantes son el futuro de la ESCUELA", por eso yo agrego que "hay que entenderlos, cuidarlos y guiarlos en su camino y en el camino del Karate".-
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