El Rincón del Do
Principios del reino de las Ryukyu:
El año 1372, el monarca del reino okinawense de Chuzan, Satto (1350-1395), se proclamó feudatario del emperador de China Hung Wu Ti, abriendo las puertas de las islas a las influencias chinas. Alrededor de 1393, China envía a Okinawa un gran número de emigrantes artesanos y comerciantes (“Las 36 familias”) estableciéndose en Kume Mura, localidad próxima a Naha, que debieron influir notablemente en el desarrollo del arte marcial autóctono.
A principios del siglo XV, en el año 1429, el rey Sho Hashi unificó tres pequeños estados Chuzan, Hokuzan y Nanzan; pasándose a denominarse desde este momento Nakagami, Kunigami y Shimajiri. Creó un reino independiente del emperador de china y del Shogun de Japón. El auge y florecimiento de las ciudades de Shuri y Naha, que se convierten en importantes centros comerciales de Asia.
El monarca okinawense Sho Shin (1477-1521), ratifica en 1507 la “Ley de las Once Distinciones”, que incluía el famoso “Edicto de No Espadas” (prohibición del uso de armas), con el propósito de evitar posibles revueltas populares, aqui encontramos el principio del secretismo del karate. Desde un punto de vista cultural, Okinawa tenía tradiciones mitológicas y religiosas diferentes a las del Japón. Originalmente, las Ryukyu constituían una sociedad matriarcal. Las chamanes (sacerdotisas), llamadas “noro” o “yuta” practicaban los ritos religiosos relacionados con el nacimiento y la muerte. De hecho, aún hoy en día, son ellas las que se ocupan de las fiestas religiosas. La cultura de las Ryukyu estuvo, además, muy influenciada por la cultura china. En el antiguo castillo de Shuri, del que no quedó rastro alguno, tras los combates de la segunda guerra mundial en 1945, se podían ver estatuillas de leones, utilizados para alejar los espíritus malignos y los dragones, símbolos de la autoridad imperial china (hoy sólo podemos ver reproducciones de las mismas).
Del Reino de las Ryu kyu del siglo XVII a la restauración Meiji a finales siglo XIX:
La guerra que hubo en Japón el año 1600, el clan Tokugawa venció a su rival, el clan Satsuma, en la batalla de Sekigahara. Según costumbre japonesa (primer shogun de Japón) permitía al clan vencido que continuase con la propiedad de sus territorios feudales, conservando el título de Tozama Daimyo. Para evitar una amenaza potencial, los Tokugawa autorizaron al clan Satsuma a invadir el archipiélago de las Ryukyu. Con la batalla de Keicho en 1609, se inicia la invasión. En mayo de ese año, es derrotado al rey Sho Nei y se toma el castillo de Shuri. Consiguiendo el control absoluto Shimazu Yoshihisa, Daimyo de Satsuma (actual prefectura de Kagoshima). Se vuelve a prohibir el uso de las armas a los habitantes de Okinawa y se pretende erradicar las artes marciales. Para poder defenderse, la población de las Ryukyu buscan en las artes marciales nuevos métodos de defensa y combinan el To-de con el Wu-shu (de origen chino), que dadas las prohibiciones del clan Satsuma, se practica en la clandestinidad, principalmente en tres pueblos, donde se desarrollan estilos propios: Shuri, Naha y Tomari, originándose así, el Shuri-te, el Naha-te y el Tomari-te.
El Shogunato de Edo en Japón (gobierno feudal de los Tokugawa), adoptó una política rigurosa de aislamiento del país (1636-1868) y prohibió todo comercio con el extranjero, salvo los intercambios oficiales con Holanda y China a través de la pequeña isla artificial de Dejima en Nagasaki. Como el reino de Ryukyu no estaba bajo el control directo del Japón, prosiguió un fructuoso comercio con China.
Como dijimos anteriormente el reino de las Ryukyu era un país pacifista, al pueblo no se le permitía tener armas y así fue como el gran clan de los Satsuma, pudo fácilmente invadirlos y las islas Ryukyu fueron sometidas a este clan. Hasta es acontecimiento, conocido como “la invasión de las Ryukyu por el clan de Satsuma”, el reino era uno de los países tributarios de China (el Imperio del Cielo), que en aquel entonces controlaba buena parte del Sureste de Asia.
Tras la invasión, el señor feudal de Satsuma decidió ocultar su dominación a los emisarios chinos, que seguían viajando al reino de las Ryukyu. Sobre la base de esta política, las relaciones comerciales entre China y las Ryukyu siguieron como antes. Así pues, el archipiélago, a caballo entre China y Japón, adoptó desde ese momento un doble juramento de fidelidad hacia los dos países. Llegaba a tal la hipocresía, que cuando llegaban los emisarios chinos, no solo se escondían los funcionarios de Satsuma, sino que también se prohibía la vestimenta del estilo (yamato). Los chinos se habían percatado del engaño, pero actuaban como si no supieran nada.
El clan de los Satsuma mantuvo a las Ryukyu bajo su yugo hasta la restauración Meiji. A finales del siglo XIX, más concretamente hasta el año doce de la era Meiji (1879), el archipiélago del suroeste que constituye hoy la provincia de Okinawa, formaba el reino de las Ryukyu, estado soberano independiente del Shogun y del emperador de Japón.
Samurais del clan Satsuma
En la primera mitad del siglo XIX, el aislamiento japonés molestaba a los países occidentales como Inglaterra, Rusia, Estados Unidos, Francia y Alemania.
Más de 700 barcos de pesca estadounidenses pescaban ballenas cerca de las costas del Japón, capturando 10000 ballenas al año. Necesitaban aprovisionarse en los puertos más cercanos, donde realizaban sus faenas o ayuda en caso de naufragios, negándose las autoridades japonesas a prestar sus puertos o su ayuda, castigando a sus súbditos, si tenían algún contacto con los extranjeros.
Comodoro Matthew Calbraith Perry (1794-1858)
En el año 1853, el Presidente de los Estados Unidos, Señor Fillmore envió una flota de guerra al mando del Comodoro Matthew Perry. Los americanos impusieron por la fuerza la apertura del Japón al exterior. El 6 de junio de 1853, hicieron una demostración de su fuerza en el puerto de la ciudad de Naha, en Okinawa, donde desembarcaron a sus marines y entraron en el castillo de Shuri, imponiendo su fuerza a las autoridades locales, que no pudieron hacer nada contra tal hecho de fuerza, fueron testigos de este hecho Shokon Matshumura, Anko Itosu y Yatshune Azato entre otros miembros de la guardia del rey Sho Tai (esta época tan convulsa, marco un cambio en algunos maestros de las artes marciales okinawenses y sería el germen del karate con el paso del tiempo). Los militares y funcionarios japoneses en la isla de Okinawa informaron de lo acontecido en la ciudad de Naha al primer ministro japonés. La flota americana salió de Okinawa dirigiéndose al este hacía la bahía de Edo (Tokio actualmente), capital del Japón, llegando el día 5 de julio de 1853 y entregando una carta a las autoridades japonesas del Presidente Fillmore, pidiendo la amistad y la apertura de sus puertos. Estos hechos con el paso del tiempo produjeron en el Japón un cambio de regimen y su apertura al exterior.
Marines americanos en las puertas y en el castillo de Shuri 1853
El nuevo gobierno japonés, que había depuesto al Shogunato de los Tokugawa, quiso a toda costa integrar el reino de las Ryukyu al territorio japonés, considerando que era importante para la defensa del país. En 1872, se constituyó el clan de las Ryukyu, y en 1879, tras la abolición de los clanes y la división del país en administraciones territoriales, bajo el control directo de Tokio, se constituyó la administración de Okinawa, concluyendo así la anexión del archipiélago a Japón, e ignorando la voluntad de sus habitantes. En realidad, lo que fue percibido como una tragedia, fue la interrupción de las relaciones con China, a los cuales históricamente los okinawenses estaban profundamente ligados y la presión ejercida sobre el archipiélago, para imponer allí el sistema imperial que regía las otras administraciones japonesas.
Imperialismo japonés principios del siglo XX:
Tras la anexión del archipiélago, el nuevo gobierno Meiji, emprendió el cambio de las tradiciones y de las antiguas costumbres de vida okinawenses, con el fin de imponer el sistema imperial.
Veamos lo que sucedió en la práctica:
La veneración de la persona del emperador:
Con la anexión, los habitantes de Okinawa fueron repentinamente convertidos en “hijos del emperador”, y se vieron obligados a venerar la figura de Mutsu Hito, el emperador Meiji, con el que no tenían ninguna relación, puesto que hasta ese momento, su único gobernante era el rey Sho Tai, por lo que se encontraron completamente desorientados.
El nuevo edicto sobre la Conscripción Nacional:
Uno de los lemas del proceso de modernización del gobierno Meiji, fue “un país rico y un ejército fuerte.” Se impuso el servicio militar obligatorio en la recientemente anexionada administración de Okinawa. Pero en cuanto empezó a correr el rumor de que el gobierno central tenía la intención de entrar en guerra contra la China de los Ching, muchos fueron los jóvenes que se mutilaron o que se fugaron al bando contrario para escapar del servicio militar.
La enseñanza de la lengua estándar:
Okinawa había conservado su dialecto, y resulta fácil imaginar todas las dificultades de comunicación que tuvieron las autoridades locales con los emisarios del gobierno y los de otras regiones, a la hora de formar la administración. En Okinawa, las medidas tomadas para eliminar el dialecto fueron muy rigurosas. Se cuenta que cuando los escolares no hablaban en japonés, se les castigaba obligándose a llevar un cartel, en el que estaba escrito “hogen fuda” (etiqueta del dialecto). Con el nuevo edicto sobre la Conscripción Nacional, aparecieron también nuevos soldados japoneses originarios de Okinawa, pero eran frecuentemente objeto de discriminación y burlas a causa de su dialecto, incomprensible para todos los militares de las otras administraciones.
La vestimenta a la japonesa:
En Okinawa, desde siempre se habían llevado los trajes propios tradicionales, pero ahora se animaba a sus habitantes al usar el estilo “yamato”, siguiendo la moda japonesa.
Las guerras contra China y Rusia.
Las guerras contra China (La mayor potencia asiática), en Manchuria (1894–1895) y contra la Rusia imperial (1904–1905), Con victorias del imperio japonés. Ante estos hechos, a la mayoría de Okinawenses les invadió un sentimiento de orgullo de pertenecer al nuevo imperio japonés, dominante en todo el sudeste asiático. Los habitantes de Okinawa se preguntaban ¿cuál era su identidad?, fuera cual fuera el nivel intelectual, en todas las áreas del conocimiento y en todos los sectores, se hacían esta pregunta (vemos maestros que se adaptan a la nueva realidad, proclives a Japón y maestros que quieren seguir con sus tradiciones, más proclives a China). A veces era objeto de deseo, otras de odio. Según las experiencias de cada uno, era un valor positivo o negativo.
La vida en Okinawa en 1930
Con los años, la restauración del gobierno Meiji llegó a estar animada incluso por el hijo del último soberano de Okinawa, Sho Jun, quién fue considerado como un apoyo espiritual del “movimiento de Restauración”. Además, la declaración de Iha Fuyu (1876-1947), considerado como el padre de la ciencia de Okinawa, según la cual “la anexión de las Ryukyu debía ser considerada, como una liberación a la esclavitud de los Satsuma”, fue un estímulo para alejarse del nacionalismo local, y de ahí la orientación progresiva de los okinawenses hacía una “integración” con los japoneses.
La vida en Okinawa en 1930
Derrota militar del Japón y ocupación norteamericana en 1945:
Okinawa fue el único territorio del propio Japón donde tuvieron lugar terribles batallas entre el ejército japonés y el ejército norteamericano, al final de la segunda guerra mundial. “Para ser reconocidos como totalmente japoneses”, los soldados de Okinawa combatieron por la patria durante la II Guerra mundial. En la batalla decisiva, no sólo los militares, sino también los civiles (incluso los jóvenes estudiantes) lucharon contra los americanos para defender el país, trayendo todo ello como resultado, un incalculable número de víctimas okinawenses.
Parque de la paz a las victimas de la batalla de Okinawa 1945 civiles y militares
El ejército americano acabó ocupando toda la isla (Al principio de la ocupación americana se prohibió el karate por precaución, pero con el paso del tiempo estas medidas se fueron relajando y hasta propios soldados que hacían su servicio en las fuerzas americanas, se entrenaban con los maestro de la época, contribuyendo a difundirlo por el resto del mundo).
Poderío militar americano en la invasión de Okinawa 1945
El lanzamiento de las dos bombas atómicas, sobre Hiroshima el 6 de agosto y Nagashaki el 9 de agosto de 1945, puso fin a la guerra, con la derrota y rendición incondicional del imperio japonés y ocupación americana de todo el Japón.
A su llegada al archipiélago, las tropas estadounidenses estaban extremadamente bien informadas sobre la historia de las Ryukyu y utilizaron sus conocimientos sobre el tema, para desarrollar una política separatista. Animaron, entre otras cosas, el uso del dialecto, tan distinto de la lengua japonesa, e intentaron resucitar la música, las danzas y las tradiciones de Okinawa, que habían sido prácticamente olvidadas durante la guerra. Además, los estadounidenses controlaron meticulosamente los libros y las revistas en japonés provenientes de fuera. Para muchos habitantes de Okinawa, la ocupación estadounidense representó una especie de liberación, teniendo en cuenta lo que habían sufrido, primero durante la invasión del clan Satsuma, después en el transcurso de la anexión nipona en la época Meiji y finalmente, por las discriminaciones por parte de los japoneses durante la II Guerra mundial.
Pero a medida que “el movimiento a favor del retorno bajo la administración japonesa” se incrementaba con la activa participación de toda la población, algunos partisanos fueron inscritos en la lista de los comunistas y se avivó la vigilancia sobre ellos.
No obstante, en 1951, Japón firmó un tratado de paz que no concernía Okinawa, la cual a partir de 1952 quedó bajo el control de Estados Unidos, hasta su vuelta a la administración japonesa en 1972. La importancia de la situación estratégica del archipiélago, explica el porqué de la ocupación americana. Considerada como la “clave del Pacifico” y vista su importancia como base militar en el suroeste de Asia, mantienen grandes contingentes y material en Okinawa y no tienen ningún interés en abandonarla.
Okinawa hoy en día:
Okinawa hoy día esta integrada en Japón, pero con sus propias costumbres y abierta al mundo. Por último, la identidad de Okinawa, es, en realidad, “una oscilación entre los que quieren ser japoneses y los que no lo desean”. En la conciencia de los habitantes de este archipiélago, siempre está presente, la diferencia entre un japonés y un okinawense.
Fuente: Karate Shito Ryu Asturias
Autor: Jose Manuel Mayo Madagan